El hombre de tiza

Antes de verano llegó a mis manos El Hombre de tiza, la primera novela de C.J. Tudor de quien espero seguir leyendo historias tan hiladas y adictivas. El libro lo devoré tan rápido como ser madre de dos criaturas me lo permitió 😉 y es que su lectura se hace fluida y te crea la necesidad de seguir avanzando en la trama para ver en qué desemboca.

Antes de tenerlo entre mis manos ya había oído hablar del libro porque es Stephen King una de las personas que lo recomendaban y, como sabéis, soy bastante fan de este escritor (cuando, obviamente, no se le va mucho la pinza con los argumentos) y porque el tema de la novela me llamó la atención:

«Hay juegos que solo tienen un final posible.

Todo comenzó el día del terrible accidente, durante la feria, cuando Eddie, de doce años, conoció al Hombre de Tiza. Fue el Hombre de Tiza quien le dio la idea de los dibujos, una manera de intercambiar mensajes secretos entre su grupo de amigos.

Fue divertido hasta que los dibujos condujeron al cuerpo sin vida de una niña.

Sucedió hace treinta años y Ed creía que todo había quedado olvidado.

Sin embargo, un día recibe una carta que contiene solo dos cosas: una tiza y el dibujo de un muñeco. La historia se repite y Ed se da cuenta de que el juego, en realidad, nunca terminó…»

La novela baila entre el pasado y el presente, de modo que encontrarás capítulos ambientados en 1986 y otros en 2016, algo que recuerda mucho a la novela de It, de Stephen King pero no solo en esto. El grupo de amigos, la única chica de ese grupo, los abusones, el verano… Si has leído la novela de King sabes de lo que te hablo (y si no, seguramente habrás visto alguna de las películas de It, o la antigua miniserie o la que estrenaron hace poco).

Durante ese verano de 1986, Eddie toma contacto con un profesor, el señor Halloran, de aspecto extraño, por ser ambos los «héroes» que atienden a una jovencita que sufre un terrible accidente en una feria.

El peculiar profesor se convierte en un buen amigo del muchacho y le enseña una manera de comunicarse con sus amigos a través de muñecos de tiza pintados en el suelo. Esos muñecos le recuerdan al mismísimo señor Halloran por su delgadez y blanquecino color…

Un día, siguiendo las indicaciones de esos muñecos, el grupo de amigos descubren el cadáver de la muchacha a la que tiempo atrás habían salvado Eddie y el profesor. ¿Quién ha podido hacer algo semejante?

En la actualidad, 2016 para la novela, Eddie se ha convertido en un adulto solitario y también peculiar como pudo ser en su día aquel profesor, aquel Hombre de Tiza, que marcó su infancia (y vida) para siempre. Vive en su casa natal, con la intermitente compañía de un joven muchacha, Chloe, a la que le ha alquilado una de las habitaciones del piso.

Un día, su aparente estabilidad (y monotonía) se ve fracturada por la visita de un viejo amigo, Mickey, quien abre la caja de los truenos: dice saber quién mató a la chica treinta años atrás…

Poco después de su reunión con Eddie, Mickey aparecerá muerto y la trama comenzará a enroscarse, iremos descubriendo secretos guardados, irán apareciendo personajes del pasado en el presente… Y ¡no podrás soltar el libro!

¿Quién mató a la chica de la feria? ¿Y a Mickey? ¿Por qué tanto tiempo después vuelven a aparecer los muñecos de tiza?