Mañana será otro día

¡Uf! Hay días en los que todo te sale mal o no tan bien como querías. Intentas pensar en positivo pero emplazándolo al día siguiente, y te dices «mañana será otro día«. ¡Y esperas que ese otro día sea mejor!

Pues algo así le pasa a nuestra amiga protagonista, una simpática ranita que acaba de darse cuenta de que ya no es un renacuajo y eso supone un gran cambio. ¡Vaya! Ahora que había aprendido a nadar bien va y le salen patas… ¿Y qué se supone que hará ahora con esas hermosas patas?

¡Saltar!

Pero a nuestra amiga, saltar fuera de la charca le aterroriza; es todo extraño, grande, inhóspito… Pero ha de hacerlo porque ahora es una rana y eso es lo que hacen las ranas ¿no? Quizá no sea tan difícil si todas logran hacerlo y además, su mamá insiste en que debe hacerlo…

Pero, por regla general, las primeras veces (de lo que sea) no suelen venir cargadas de éxito 🙁 y el realizar un salto fuera de la charca por vez primera no iba a ser la excepción.

Bueno… Ni la segunda, ni la tercera, ni la cuarta vez… «¡Pero qué difícil es esto!», piensa nuestra protagonista. La rana le pone empeño pero casi todas las veces termina haciéndose daño o molestando a algún otro animal.

Por suerte, mamá está ahí para continuar animándole. La ranita ha de aprender a saltar, es muy necesario para que pueda sobrevivir. Solo tiene que practicar, practicar y practicar… ¿Quién nació sabiendo?

¿Conseguirá nuestra graciosa amiga saltar fuera de la charca, salir de su zona de confort, y no estrellarse por culpa de un torpe «aterrizaje»? Creo que tendrás que leer este divertido cuento de Susana Rosique editado por Fun Readers, una editorial que ya sabes que apuesta por el humor en todas sus publicaciones (¿recuerdas La cabra que no estaba?).