Este mes, en nuestra sección mensual de ocio en familia #MiniMad, nos hemos animado con un plan que llevábamos tiempo queriendo hacer pero que hemos ido posponiendo y mira que está cerquita (en pleno centro de Madrid) y encima es gratuito. Eso sí, hemos tenido que esperar bastante fila y el día no acompañaba pero, bueno, tu puedes ir con los peques cualquier día del año, así que intenta que no den lluvias, je, je, je, je, más que nada porque la espera es en la calle…
El decirles a los peques que íbamos a una estación de metro fantasma ya despertó la curiosidad, claro, y es que se pensaban que estarían por allí los cazafantasmas o algo así… Ja, ja, ja, ja.
La estación fantasma es la de Chamberí, su entrada está ubicada en la Plaza de Chamberí s/n, puedes llegar allí en metro y las paradas más cercanas son Iglesia y Bilbao. Como te comento, la visita a la estación fantasma es gratuita y su horario de visitas es:
- Jueves: de 10 a 13 horas.
- Viernes: de 11 a 19 horas.
- Sábados y domingos: de 11 a 15 horas.
Una vez dentro tienes la opción de realizar la visita guiada o por libre. Mucho más interesante y curiosa es la visita guiada, pero después de la espera en la calle cualquiera les decía a Gololo y a Toin que teníamos que escuchar a la guía… Así que comenzamos la visita por libre. Además, puedes encontrar información sobre la estación de Chamberí en los folletos de la entrada, con las pegatinas que vas encontrando en las paredes y con el video explicativo que se proyecta.
El 24 de enero de 1971 se creó la Compañía Metropolitano Alfonso XIII, que fue el mecenas de este proyecto aportando a la empresa un millón de pesetas a título personal. Con la creación del metro Madrid se situaba a la par de otras grandes metrópolis como Londres, Budapest, París y Berlín. Por fin, el 17 de octubre de 1919, Alfonso XIII inauguró la primera línea de metro que unía Cuatro Caminos con la Puerta del Sol, unos tres kilómetros y medio.
Antonio Palacios, el arquitecto encargado de este proyecto, dotó a la estación de metro de Chamberí de colores brillantes, coloridos y luminosos (predominando para ello los azulejos blancos con adornos en azul cobalto) para evitar las posibles reticencias de los viajeros a usar un transporte público subterráneo.
En 1961, debido al incremento de viajeros, Metro amplió las estaciones de la línea 1. Los andenes debían adaptarse a las nuevas necesidades, con lo cual era necesario alargar los andenes de 60 a 90 metros. Técnicamente, alargar los andenes de metro de Chamberí era inviable debido a su situación en curva y su proximidad a las de Iglesia y Bilbao y el Ministerio de Obras Públicas la cerró en 1966.
En 2006 comenzaron los trabajos de recuperación de la estación para poder disfrutar de este tesoro escondido bajo tierra de nuestra ciudad. En la estación fantasma se respira historia, pudiendo imaginar a los viajeros que lo utilizaban…
Una actividad original y muy curiosa para los niños, a los que seguro que toda la estación fantasma de Chamberí (carteles, publicidad, vestíbulo, cuarto del personal, taquilla, etc.) les parece que es de hace millones de años, ja, ja, ja, ja. Un punto muy positivo de esta visita es que está adaptada para minusválidos (¡bravo!).
¿Conoces la estación fantasma de Chamberí?
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