De vacaciones y otros sentimientos…

Que sí, que las vacaciones podrían considerarse un sentimiento o muchos. Mejor muchos. A la vez, de golpe ;).

Cuando los peques terminan el cole ellos son los que tienen vacaciones, no tu. Y lo sabes. Si trabajas fuera de casa, a hacer malabares; si trabajas en casa, también malabares para llegar a todo mientras ellos te exigen sin parar…¡ay!. Y hasta que no sales de tu ciudad, de la casi rutina que llevabas (porque cuando la rutina está completamente implantada las cosas salen mejor) la palabra VACACIONES no cobra para ti, madre o padre, un significado, ¿verdad?
Y fluyen los sentimientos: de alegría porque por fin sales de los madriles un poco; de ansiedad (que las vacaciones no son gratis…ejem)… Y luego ya, cuando has de pasar temporadas junto a la familia, pues el tema sentimientos se desborda. Ja,ja,ja,ja,ja.

Hace no mucho, publicaba un post sobre mis vacaciones ideales, ¿lo recuerdas? Y, bueno, este año nos hemos despachado pero bien. Marido se ha podido coger todo el mes de vacaciones y hemos vivido 28 días fuera de Madrid repartidos entre las familias de ambos y, después, para disfrutarnos los cuatro, una semanita solos.

Y nuestros sentimientos, este verano, han sido muchos…

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Vacaciones y otros sentimientos…

Este post es para contarte cómo han sido nuestras vacaciones en familia. Iré desgranando más cositas en posteriores posts para poder hablarte más detenidamente de excursiones aptas para niños que puedes hacer algún día con ellos.

Los primeros trece días los pasamos, como todos los años, de camping con la familia de Marido, en Oliva. No voy a llamarlo punto de encuentro con los primos porque todos, salvo Lentejita (el peque de mi hermana), viven en Madrid. Pero bueno, la pandi se reúne y se disfrutan de un modo más intenso, tanto que, en ocasiones, son tan inseparables que hay lagrimillas cuando unos se van a hacer unas cosas con sus padres, otros otras o uno se quiere montar en el coche de otro primo para ir a algún lado… Qué te voy a contar que no sepas ;).
Allí celebramos el cumple de la prima pequeña y única chica entre tanta futura testosterona :p. Para Marido y para mí, la enana ha sido nuestro descubrimiento, con su bolsito (imagino que el de la 6 dedos-¿recuerdas?- pesaría lo mismo con esos ladrillos que decían que siempre llevaba) repleto de muñecos siendo una «MariPuri» total, preguntona y risueña. Ellos, la «machopandi», pues a sus cosas, con la bici, con los cromos de la liga, con sus surfboard, con sus peleas sobre qué película proyectar por las noches, con sus «I need your love, I need your love, I need your lo-oh-oh-oh-oh-oh-ve»… (Qué taladro, «madredelamorhermoso»).

La playa nos regala fotografías estupendas del verano, y si me has seguido en el proyecto #AgostoPic en Instagram habrás visto algunas de ellas. Pero si no me has seguido por la red social, aquí te dejo un resumen de nuestros días en Oliva (¡con tormentas incluídas!).

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Trece días más tarde, volvimos a cargar el coche (¡y de qué manera!). Gololo entró en «depresión» por dejar allí a sus primos. Tanto, que al parar a comer en Minglanilla (Cuenca), mientras su padre se tomaba el café, le pidió las llaves del coche porque quería volverse al camping. Olé por esa autoestima de mi hijo que hace que se crea capaz de conducir el Prius. Ole, ole y ole.

Nuestra siguiente parada: el pueblo. Un pequeño pueblo de la Ribera del Duero en donde (¡oh! originalidad) comenzaban las fiestas el 15 de agosto. La sorpresa allí fue gorda cuando se presentaron mi madre junto a mi hermana, mi cuñado y el gordote de Lentejita. Como sabes, Tuna ha sufrido un brote de colitis ulcerosa y ha estado muy malita ingresada en el hospital. Por suerte, de momento, el tratamiento que le han puesto parece funcionar y recupera fuerzas y forma física a pasos agigantados. Mi madre se trasladó allí en sus vacaciones para atenderla y ayudarla y, la verdad, no los esperábamos para nada. Yo tenía pensado subir en septiembre a verla y ¡allí apareció mi niña! Delgadita pero guapérrima como siempre.

Como mis dos chicos han salido más de «codo en barra» (tienen a quién parecerse), lo de la música es algo secundario en sus vidas (aunque mira que a Gololo le gusta bailar en soledad) y ellos no conciben las fiestas sin las «bombetas» ni pistolas de pompas (con sonidos estridentes, oiga usted). Así que ahí estábamos nosotros, comprándoles en los timo-puestos las bombetas y pistolas de pompas para su júbilo y para locura nuestra… Eso sí, aunque no deleitaron al pueblo con sus meneos caderiles, sí complacieron a mamá y a papá y se disfrazaron de caballeros (reutilizando el traje usado en los carnavales del cole, de temática histórica). Es más por pasar el rato, porque lo de que ganen un premio…

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Y el veintiuno de agosto volvimos a hacer las maletas y a cargar (algo menos, dejamos lastre en el pueblo, ja,ja,ja,ja) el coche, poniendo rumbo a La Manga. No la conocíamos, así que íbamos con la cabeza llena de opiniones contradictorias: que si está bien para los niños, que si solo era para viejetes y no había nada… Pero a nosotros nos ha sorprendido gratamente la zona de la playa Cavanna, que ha sido donde nos hemos hospedado, y los alrededores. Nuestro hotel daba a la playa del Mar Menor pero tras meternos en el agua el primer día y cortarse Gololo con una concha, decidimos cruzar la carretera e ir al Mediterráneo y ¡qué agua! Por la zona de Oliva no se veía tan limpia y clara. Así que sentimos alivio al ver que no nos habíamos equivocado en la elección.
Allí Gololo también sufrió otra pequeña «depresión» el día que llegamos. Cada dos por tres lo encontrabas llorando por las esquinas cual plañidera porque quería volver al pueblo para estar con su amigo David. ¡Es que David se sabía muchos chistes! Como veis, tengo un hijo que se ancla al pasado…

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¿Y Toin? Que casi no te he hablado de él… Pues, realmente, este ha sido SU VERANO. Así, en mayúsculas. Íbamos a la playa con la idea de que, al igual que el pasado año, guarrearía en la orilla, de que haría sus típicos «quiero y no puedo» de entrar en el agua. Y es que lo lleva fatal. Lleva fatal las clases de natación, así que solo nos queda ser pacientes y esperar a que esos temores se disipen. Pero Toin, que es así de especial, nos ha dado un sorpresón ¡le han encantado el mar y la piscina!
Para mí, esta es la foto que mejor resume el verano: felicidad y orgullo por los miedos vencidos y por las lágrimas que ya no volverán. La imagen es de él, pero podría ser de cualquiera de nosotros cuatro.

Felicidad y orgullo. Las vacaciones son sentimientos, sin duda…
…y de los fuertes.

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¿Cuáles han sido tus sentimientos más fuertes este verano?

8 Comentarios

  • Natalia Ruiz C
    04/09/2015 4:23 pm

    hermoso 🙂

    • Nessa
      04/09/2015 9:50 pm

      Muchísimas gracias, Natalia. Un abrazo!

  • Llámamamemamá
    03/09/2015 8:18 pm

    Madre mía!!! Que envídia por Dios!! Eso si que son unas vacaciones… Lo mío a tu lado es…puff no se ni lo que es jejej. Me alegro mucho que hayáis disfrutado tanto. Muchos besos!

    • Nessa
      04/09/2015 9:49 pm

      Muchas gracias guapa! La verdad es que no podemos quejarnos, no. Un besazo!

  • Eulàlia Carbonell
    02/09/2015 12:55 pm

    Pedazo de vacaciones hija! Que envidiaaaa! Yo en mi isla bonita, haciendo ruta aunque no tanto como quisiera… Piscina y disfrute mucho, eso sí 😉 Qué bien tenerte de vuelta 😉

    • Nessa
      02/09/2015 10:17 pm

      Gracias guapa! La verdad es que no podmos quejarnos, jajajajaja, no hemos parado! Un besazo!

  • Katy De orugas y mariposas
    01/09/2015 2:39 pm

    Que bien lo habéis pasado en familia y cuantos encuentros! Fuera de las vacaciones de mi hijo en México y algunas visitas, nos hemos quedado en Galicia, que tampoco se está mal y yo a punto de terminar el embarazo y las vacaciones y empezar otra etapa, si creo que hay muchos sentimientos, saludos!

    • Nessa
      02/09/2015 10:16 pm

      La verdad es que los encuentros han sido lo mejor. Ya te queda muy poquito, ¿verdad? Ánimo con la recta final! Un beso!

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