Diario de una premamá (3)

PRIMERAS CONSULTAS

Desde que me enteré de que estaba embarazada me pongo nerviosa antes de ir al médico.

Solo sé que no sé nada en cuanto a embarazos y pienso que puedo evaluar perfectamente mi estado de salud pero no sé si sentiré algo si algo malo le pasa a la “Lentejita”.


Mi primer encuentro con la médica de cabecera dura exactamente 5 segundos. “Estoy embarazada” “Pues pide cita con la matrona” “Ajaaa…” Me doy cuenta de que no tengo la menor idea de cuál es la función de una matrona, ¿no debería enviarme a un ginecólogo o a un tocólogo? Sé que en los partos te asiste una matrona y un tocólogo… Es mi primer embarazo… ¿por qué he de conformarme con la segunda de abordo? Soy primeriza, ¡necesito al mejor de los especialistas!.



Salgo de la consulta con el mandato de pedir cita con la matrona que trabaja, según me explica la administrativa, también en ese centro médico (no sólo sus funciones me resultan desconocidas, también su hábitat).
La señora matrona me atenderá dentro de una semana… ¡Dentro de 7 DIAS! … Entonces caigo en la cuenta de que lo único que apunta a que estoy embarazada es un palito mojado. Ningún ser humano se ha dignado a confirmar el resultado de la prueba de embarazo. En serio, ¿he de esperar una semana para confirmar mi embarazo?



Una semana después vuelvo al centro médico y nada mejora. Siento que soy imbécil. “¿Cuándo fue tú última regla?” “ Entre el día 12 y 14 de noviembre, pero esa era mi primera regla en tres meses, y la prueba de embarazo que me hice a finales de diciembre no me dio ni positivo ni negativo. Y como estaba harta de gastarme el sueldo en pruebas me esperé otra semana a hacerme el segundo” “ Y… ¿por qué no bajaste a hacerte la prueba gratuita aquí? Lo hacen todas las chicas” “¿En serio?” “Sí, por supuesto”.

¡Vamos, no fastidies!

Hago un cálculo mental. Al menos me he dejado 150 euros en pruebas de embarazo en los últimos meses, y eso que escogía los más baratos. Pienso que el resto de las féminas han de conocer este servicio y que yo soy la única despistada. O eso, o la seguridad social necesita cambiar de publicista.


Teniendo en cuenta que es imposible calcular mi última ovulación, mi matrona me manda realizar una primera ecografía para determinar la semana de gestación.

La ginecóloga que me hace la ecografía es un encanto. En anteriores ocasiones me ha realizado citologías, por lo que espatarrarme para que me haga la ecografía vaginal no me supone un gran trauma. Hay confianza. “Ya tiene forma de personita. Estas de 10 semanas”. “¿Qué? ,¿De tanto?” .


No es la primera vez que me siento imbécil, pero sí mala madre: “¿Pasa algo por enterarme tan tarde?”. “ No, tranquila, a no ser que te hayas drogado no hay problema”.

Sonríe.

Me siento mucho más tranquila.

Me enseña al que es mi primer hijo. Tiene razón, tiene forma de personita aunque mide tan sólo 3,5 cm. Y ya es muy gracioso, no para quieto, alternando puñetazos y patadas… habrá que apuntarlo a judo para canalizar esa agresividad…


Cuando llega Jota a casa no tengo tiempo suficiente como para detallarle lo precioso que es nuestro hijo y todo lo que se mueve. Si estoy tan orgullosa por cómo se contonea en la placenta no me imagino cuando nazca.

No creo que haya mujer u hombre lo suficientemente bueno en la tierra como para que lo merezca.

¡Déjame tu comentario!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Ir al contenido